¿ Nos vamos de vinitos o de afterwork?

De la copa de vino al afterwork

De la copa de vino al afterwork

“Te mando un tweet cuando acabe el shopping en el outlet y hacemos un break en el after work.” Parece una frase enrevesada y en realidad lo es.

Cada vez más tendemos a contagiarnos de extranjerismos innecesarios, neologismos que introducimos en nuestro día a día simplemente porque nos hacen sentirnos más modernos o creemos que nos diferencian del resto.

Pero, ¿ Realmente es así? ¿Utilizamos estas palabras para mostrar que sabemos más que el resto, que somos más avanzados o porque realmente hay una falta de cultura idiomática en nuestra propia lengua materna?

La realidad es que la publicidad y el marketing se han esforzardo por vendernos estilos de vida progres en los que para ser “cool”, es decir, guay, hay que introducir el inglés.

Perfectamente la frase con la que se iniciaba este post podría haber sido expresada en el idioma de Cervantes :“ Te mando un trino cuando acabe las compras en la tienda de ofertas y tomamos un descanso con unas copas tras el trabajo.”

En la actualidad no existen lenguas puras. Nuestro idioma, el español, no es una excepción y cuenta con influencias del árabe, el francés, el italiano y por supuesto el inglés entre otros. Pero, en los últimos años y sobre todo con la influencia de los medios de comunicación, la publicidad, el marketing y la eclosión de las redes sociales, son cada vez más frecuentes los anglicismos en el castellano.

Está claro que el inglés domina en áreas como la tecnología y las ciencias pero, ¿Podríamos renunciar al uso de una palabra no propia por una de nuestro idioma? Definitivamente sí.

Community Manager, tablet, ROI( Return on investmet), know how, crowfunding, SEM ( Search engine marketing) y SEO ( Search engine optimization) son algunas de las nuevas palabras que hemos incorporado al castellano procedentes del idioma de Shakespeare. Pero hay muchísimas más, un sinfín de términos extranjeros que a ritmo frenético se van adaptando al habla cotidiana y que hacen bastante complicado al ciudadano de a pie entender un texto en el que aparezcan todas ellas.

La realidad actual es que la influencia del inglés en el castellano es imparable. Cada mes se incorporan nuevos términos, nuevos conceptos e incluso nuevos hábitos importados del mundo anglosajón. Habrá que preguntarse pues, cómo tendremos el español dentro de 50 años si todo sigue a este ritmo.