¡Coge fuerzas, mira hacia adelante, respira, avanza! ¡Comenzamos una nueva etapa!
Son frases que perfectamente las podría lanzar un entrenador a cualquiera de los ciclistas profesionales que participan año tras año en el Tour de Francia. Frases que si te las aplicas en tu día a día pueden servirte de ayuda para dejar de mirar atrás y centrarte en ti y en tu presente.
Como en el caso del ciclismo, la vida es un cúmulo de etapas que hay que ir superando y dejando atrás. Las personas configuran su personalidad en base a ellas. Experiencias buenas o no tan buenas, que han ido forjando la forma de ser y de actuar de cada uno.
La etapas están para superarlas
Cuando vemos que algo se ha puesto tan cuesta arriba como el Tourmalet, es decir a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, es hora de hacer un esfuerzo y aunque nos estemos dejando el corazón, las piernas y el alma en ello, ha llegado el momento de tomar las riendas, alcanzar el final y volver a reencontrarnos con nosotros mismos tras la vuelta a la calma.
Cada etapa es diferente
Volviendo al referente ciclista, las etapas no son todas iguales. Seguro que si te fijas, en tu vida las has tenido casi todas.
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Subidas: ascensos profesionales, nuevas parejas, la llegada de un nuevo miembro a la familia o incluso el conseguir un premio en la lotería.
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Bajadas: despidos, falta de reconocimiento profesional, rupturas sentimentales, pérdidas irreparables.
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Falso llano: ésta es una de las peores, porque las apariencias engañan. Cuando todo parece que va bien y está en perfecto equilibrio, llega algo que lo dificulta. La vida se empieza a convertir en una etapa cada vez más complicada y al final, se hace difícil de superar.
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Llano: Enhorabuena si en estos momentos estás pedaleando en llano. Es una de las mejores. La etapa en la que se consigue la armonía y podemos seguir adelante con un esfuerzo que no llega a dejarnos extenuados. Eso sí, no dejes de pedalear porque si no te quedarás estancado o en el peor de los casos te irás hacia atrás.
En cualquier caso, nunca podemos dejar de entrenarnos. No te confies, tienes que estar preparado para lo que pueda venir: montañas, sprints o incluso curvas. Lo importante es seguir hacia adelante. Avanzar. Pero, para poder hacerlo hay que quitarse los lastres y los pesos que nos anclan a situaciones que no queremos, que no nos convienen o que de seguir así hipotecarían nuestro futuro.
Cuando algo va mal no pienses que va a ir a mejor. Sólo lo hará cuando lo hayas superado. Piensa en un puerto de montaña, la situación se complica cada vez más. Más altura, más exigencia física, emocional…hasta que acabas con él. Es entonces, cuando empiezas a respirar, a recuperarte y en definitiva a vivir.
En el ciclismo la superación de etapas exige resistencia, fuerza, concentración, condición física. En la vida todos estos factores también son necesarios pero además tenemos que saber cuál es nuestro límite. Hasta dónde somos capaces de aguantar. Poner un tope y acabar totalmente con las situaciones que nos crean un clima desfavorable en nuestro día a día.
En definitiva cerrar la puerta y no volverla abrir, porque para seguir hacia adelante no podemos hacerlo con la vista girada a atrás.
La vida está llena de nuevas oportunidades ¿ A qué esperas?