Unos cuantos comentarios en rojo de nuestro profesor y como mucho, un corregido, un bien, un visto o, para los más afortunados, un excelente…éste es el feedback que un joven en edad escolar recibía hace 20 años cuando escribía la típica redacción en la que explicaba qué había hecho en sus últimas vacaciones de verano.
Pues bien, esta situación ha cambiado de modo radical. Nunca antes habían existido tantos estímulos para escribir. Y es que, ahora, todo lo que se escribe en Internet tiene su correspondiente feedback: comentarios, me gustas, comparticiones.
¿ Cuántas palabras escribes al día?
Desde hace unos años y más aún, con la llegada de las redes sociales, la sociedad en la que vivimos ha alcanzado lo que antes se suponía inalcanzable. Publicar textos, fotografías, videos… y hacerlo además de forma masiva. Una activvidad que dos décadas atrás tan sólo estaba al alcance de grandes compañías. Ahora las herramientas para hacer llegar lo que pensamos están al alcance de todos. Gracias a esto se han cubierto dos de las necesidades básicas del ser humano, como son: comunicar y compartir.
Por eso, esta nueva sociedad interconectada es la que más escritores y lectores ha generado con diferencia. Pongamos un ejemplo: joven de 18 años, estudiante y deportista. Todos los días consulta facebook,publica sus estados e inquietudes, lee el time line de twitter, envía algún tweet a sus futbolistas favoritos, escribe 50 mensajes de whatsapp al día y está suscrito a un canal de youtube en el que regularmente hace comentarios.
Como ves, el progreso ha pasado por el uso de la lectura y escritura y el dominio de la tecnología. Todavía recuerdo cuando se empezaron a utilizar los sms y gran parte del gremio académico se revolucionó por si desaprendíamos a escribir.
Lo que sí que es cierto es que las nuevas tecnologías traen consigo nuevas formas de escritura y que la forma normativa se ha quedado sólo para los textos administraticos, educativos, periodísticos o académicos. Los nuevos escritores han dejado las normas para adaptarse al medio y ajustarse a sus características técnicas. Por ejemplo los twitteros saben muy bien que su mensaje debe encajarse en los 140 caracteres que acepta esta plataforma. La web, también ha acabado con el esquema tradicional de cualquier texto: introducción, desarrollo y conclusión. Ahora lo más importante se coloca al principio. La pirámide invertida, que clásicamente hemos utilizado los periodistas en las noticias, cobra un protagonismo especial. La escritura en la web exige, sintetizar, extractar y provocar el deseo de saber sobre un determinado asunto.
¿ Qué sucede con la lectura?
El modo en el que leemos en la web también ha variado respecto al tradicional en papel. Lo primero es que la lectura profunda en la web requiere un esfuerzo. Es difícil que un lector acabe de leer un post, una noticia en un periódico digital. Nuestra atención está dispersa debido a los múltiples estímulos que encontramos en un texto digital. Ya no se lee de arriba a abajo, sino que se recorre la pantalla con la vista, leemos rastreando o scaneando la pantalla. Además, tendemos a leer en forma de F, es decir, leemos un par de titulares y si nos interesa seguirmos hacia abajo. La lectura ha dejado de ser lineal. Ahora generamos nuestra propia línea lectora a través de hipertextos y siguiendo aquellos enlaces que más nos interesan.
Internet: un caos de información
Si hay exceso de algo en Internet, es sin duda de información. Está claro que la red de redes ha generado nuevos ejércitos de escritores, pensadores, críticos…Todo esto ha provocado una masa informativa dificil de descifrar. Por eso la lectura analítica adquiere una gran importancia. Para saber si estamos leyendo algo de calidad hay que saber cuál es la fuente, contrastar la veracidad de lo que se publica y, si todo eso se nos queda un poco grande como ciudadanos de a pie, siempre podremos acudir a los profesionales de la información que son los expertos en la curación de contenidos. Lo que no hay duda, es que Internet es una universidad abierta, al alcance de todos, con mucho contenido y muy variado pero en la que hay que saber escoger el producto de calidad.
Como conclusión, podríamos decir que el desarrollo de las nuevas tecnologías lleva consigo la promoción de la lectura y la escritura pero con unas nuevas características que imponen los dueños de la lengua: los hablantes.